viernes, 1 de enero de 2010

Conferencia de Quino en la Feria Internacional del Libro 2009 en Lima-Perú (Parte 3)


Filmado por Vladimir Velásquez
Transcrito y editado por Gabriel Zárate

¿Cómo sería Mafalda ahora? :
Un poco la misma cosa, que todo funciona mal, que las guerras, el planeta y hoy día seria igual, eso es lo terrible. Cuando me dicen ¿porque no la vuelvo a dibujar? ¿Para qué, si parecen dibujadas ahora?

La literatura y el cine: Siempre he sido un mal lector y muy desordenado. He mezclado, de jovencito, literatura de un tipo Julio Verne, con literatura rusa, con Shakespeare. Todo muy mezclado y mal. Borges es un tipo que me costó muchísimo llegara pescarle su sentido del humor. Al principio no lo entendía, hasta que me di cuenta que el es un gran fabulador, inventa cosas y sobretodo tenía un sentido del humor extraordinario. Es otra de las cosas que recomiendo siempre: Que uno lea todo lo que pueda y todo lo que no pueda también. Cortázar fue muy importante en esos años, en la Argentina en los años 60s ,70s. Lo que nunca he podido saber es hasta qué punto yo estoy en deuda con la literatura. Me doy cuenta que he tenido mucha más influencia del cine que de la literatura, tal vez porque el cine es una historieta que pasa a una velocidad mucho mayor. Pero a fin de cuenta si, son imágenes en cuadritos. Del cine he sacado mucho, de la literatura no me doy muy bien cuenta cuanto pude haber sacado. Supongo que sí, que me ha ayudado mucho desde el momento que la literatura no te da las cosas masticadas, te va citando cosas y todo: el paisaje, como están tejidos los personajes, todo eso se lo tiene que imaginar uno. Eso si por supuesto. ¿Qué es lo que tendría de malo la tv hoy? que te da todo masticado, no pretende que pienses nada, porque ya todo va pensado por otro.

El sentido del humor: Yo que vengo de una familia de andaluces con mucho sentido del humor y no supe darme cuenta del sentido del humor de Borges, por leerlo mal, hasta no esforzarme en leerlo. Si, el humor se forma, pero creo que uno ya trae bastantes elementos consigo. En mi familia mi tipo Joaquín y mi abuela tenían muchísimo sentido del humor.

La última publicación: Mi último libro que se llama La aventura de comer, es más un libro de política social. A mí lo que me molesta mucho en este momento es justamente la falta de autenticidad de la comida, todo lo que sea transgénico y cultivos. Me indigna mucho por ejemplo que pueblos que vienen cultivando un grano desde hace miles de años de pronto aparezca una empresa norteamericana que registra la patente y a partir de ahí los campesinos tienen que pagar la patente a los laboratorios para cultivar una semilla que siempre existió. Esas cosas me indignan muchísimo, además esas cosas están hechas con tan mala leche que esas semillas no se reproducen, sino están pensadas y manipuladas para que si quieren plantarlas para la próxima cosecha no se reproduzcan. Tienen que comprar nuevas semillas para la próxima cosecha. Más que libro de gastronomía está referido a este tipo de cosas. La aventura de comer es porque uno va a comer a un sitio y no sabe muy bien lo que le están dando de comer. Un ejemplo para mi muy importante son los tomates, al que tiene gusto por los tomates siempre le dicen que por ahí hay un pueblito, no sé dónde, que todavía los cultivan. Antes uno en el mercado los compraba, no había que hacer tanta investigación para comerse un tomate bueno. Uno va al supermercado y encuentra por ejemplo: langostinos envasados y busca cuando han sido envasados, hasta cuando vence y no tienen fecha. Hay unas barbaridades así y lo peor es que nadie controla nada, en la Argentina por lo menos no. Antes había un instituto que controlaba todo y ahora no se si ha desparecido o es una figurita que ahí esta y no hace nada.

La sopa: La sopa representaba lo que a uno le obligan a hacer, como era la imposición de comer sopa. Cuando uno no tiene ganas de comer sopa, te tienes que comer la sopa. Yo la tomo un poco como referente a los regímenes militares que teníamos en toda América Latina. Es como la música: ¿porque uno tiene que estar escuchando la música que se le ocurre al señor que pone la música en los supermercados o en los centros comerciales? Entonces te dicen: ¿Pero cómo, no te gusta la música? La música me gusta mucho, pero la que quiero escuchar yo en determinado momento.

Los dibujos por computadora: Para el que los sabe manejar y lo hace bien, me parecen muy bien. Yo soy analfabeto completamente, no me pongo. Creo que se pierde siempre un poco la sensibilidad de la línea, pero tampoco se puede estar rechazando el porvenir y parece que el porvenir va a ser eso.

Humor y censura: En países con censura así como la que hemos tenido es cierto que por lo que decía Mafalda a un militar en la Argentina se le dio por decir “bueno lo dice una nena, no importa tanto”. En Chile la prohibieron y en Bolivia también. Creo que la censura es mucho más avispada de lo que uno cree. Por más que uno recurra a trucos tampoco la dejan pasar. En Argentina el problema es que nunca hubo una censura oficial, eran los secretarios de redacción los que juzgaban que dibujo podía ir o no. No como en Brasil que si había un ente de censura. Es cierto que se pueden inducir cosas como haciéndolas pasar un poco en broma y a veces pasan y otras veces no.

La política actual en América Latina: Yo siempre he desconfiado bastante de los gobiernos populistas que es un poco lo que veo que es la tendencia general que hay en este momento. Y me asusta un poco el tema. Pero no soy político, soy un dibujante de humor y nada más. Nunca he estado afiliado a ningún partido político. Siempre he preferido ser un francotirador y desde el momento en que firmo mi página me hago responsable de lo que digo en mi página, pero no me creo un orientador social ni político ni mucho menos.

Preguntas sin respuesta: Mafalda despertaba su papá durante la noche porque tenía temas que la preocupaban mucho y esperaba que su papá se los pudiera contestar, pero su papá tampoco se los podía contestar, como tampoco yo me se contestar muchas preguntas que me hago y creo que nadie tampoco me las contesta cuando las pregunto por ahí. Hay un dibujante español que se llama El Roto, buenísimo publica en El País y el siempre tiene la virtud de meter el puño en este tipo de problemas y también haciendo preguntas. Hace poco hizo una de un señor que le está mostrando a otro una maquina que imprime el dinero y este dice: “vaya una máquina de hacer dinero, con esto se acabara la pobreza”. El otro le contesta: “Bueno, no lo crea”. Porque es cierto, es tan obvio que si hay una máquina de fabricar dinero, el dinero se reparte y ya está, se acaban los pobres y sin embargo también es una pregunta que Mafalda se la hace a su mamá: ¿Por qué hay pobres? Y bueno, ¿quien la contesta esa pregunta?, nadie, y como esa hay miles de preguntas que nos hacemos todos los días y no las sabemos responder.

Schultz y Quino: Schultz de política no se ocupo nunca. Él se ocupa más bien de la psicología, de las relaciones entre los chicos y de los celos y las envidias y los amores. Un poco lo que dijo Umberto Eco, que Charlie Brown había leído a Freud y Mafalda al Che Guevara. Si bien no la comparto del todo, pero bueno bastante razón tenía cuando lo dijo. Yo me preocupaba mas por lo que me rodeaba, pero a él lo rodeaban otros problemas. A mí que la escuela donde va Mafalda se la caigan los tornillos a los bancos, que el techo este roto, son cosas que a mí me han dolido mucho, no solo de la Argentina, sino de todos los países llamados emergentes, del tercer mundo, todas estas palabras que se inventan para disimular de lo que se está hablando. En ese sentido me he diferenciado bastante de lo que hizo Schultz. Estamos acostumbrados a que los norteamericanos nos hagan historietas con paisajes nevados, que nosotros no compartimos, con cosas de cultura de ellos como el Halloween, que lamentablemente ya veo que ha penetrado hasta en las provincias argentinas lo cual me parece una aberración, pero bueno así son las cosas.

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